La mediación en un divorcio es crucial porque ofrece una vía menos conflictiva para resolver disputas. Este proceso permite a las parejas negociar acuerdos en un entorno controlado, con la ayuda de un mediador imparcial que facilita la comunicación y ayuda a encontrar soluciones mutuamente beneficiosas. La mediación puede reducir el tiempo y el costo del divorcio, minimizar el estrés emocional, y preservar relaciones más saludables entre las partes, lo cual es especialmente importante cuando hay hijos involucrados. Además, los acuerdos alcanzados a través de la mediación tienden a ser más duraderos y satisfactorios para ambas partes, ya que se construyen sobre la cooperación y el entendimiento mutuo